En apenas 10 días, la petición en el portal de la Casa Blanca para que el gobierno estadounidense reconozca formalmente a Antifa como una organización terrorista llegó a las 300.000 firmas. Este volumen de solicitudes obligará al gobierno de Trump a tratar formalmente el tema.
Violencia política «anti-fascista».
La violencia del grupo ha escalado radicalmente. Comenzó protagonizado disturbios y destozos a la propiedad pública en protesta de la elección de Trump, recrudeciendo gradualmente su nivel de violencia. Ha pasado por ataques puntuales a manifestaciones pro-Trump y a favor de la libertad de expresión hasta llegar actualmente a los linchamientos de «presuntos nazis» identificados por usar remeras polo o cortes de pelo considerados paranóica (y paradójicamente) «fascistas» por los radicales de ultraizquierda.