Joseph Goebbels fué el «ministro de ilustración pública y propaganda» del régimen nacional-socialista alemán. Uno de los grandes magos negros de la comunicación política, resumió su doctrina en estos 11 puntos, que el feminismo parece seguir al pié de la letra.
1 – Principio de simplificación y del enemigo único.
Simplificar la visión de la realidad y definir un enemigo único.
Todo es culpa del «Patriarcado». No importa si un Islamista asesina gays en una discoteca, o si los chirimbolos son tradicionalmente esféricos, todo, absolutamente TODO es culpa del enemigo único. No es estupidez. Es propaganda.
2 – Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo.
De la misma forma que el nazismo marcaba como causante de todos los males a «el problema judío», el mantra del feminismo neomarxista transversal asigna responsabilidad por el «Racismo», «Sexismo», «Homofobia», «Islamofobia», «Transfobia», a una sola demografía, el monstruo que personaliza a la cultura occidental: El hombre blanco heterosexual.
3 – Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos.
- «El SAP no tiene base científica» (Lo que no tiene base científica es la teoría feminista)
- «En Varones Unidos inventan datos y hacen denuncias falsas» (Es el movimiento feminista el que incentiva la realización de denuncias falsas por violencia de género, e inventa datos ridículos como que «1 de cada 3 hombres son golpeadores» o «1 de cada 5 mujeres son violadas en la universidad» )
- «Los masculinistas son homosexuales y resentidos» (¿Quienes se encuentran tan carcomidas por el resentimiento que promueven adoptar la homosexualidad como método de «lucha política»?)
- «A las mujeres nos están matando» (Según las cifras oficiales mueren 3 hombres asesinados por cada mujer )
4 – Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
En Uruguay mueren 30 mujeres al año asesinadas por sus parejas, el feminismo lo plantea como un índice de violencia extrema. Pero esta cifra es solamente el doble de la que se ve en países europeos. Cada una de esas muertes es una tragedia, pero la cifra de homicidios es SIETE VECES más alta que la europea. Estas 300 personas que mueren asesinadas – en gran medida en relación al problema de la inseguridad – ¿No son una tragedia igual, o diez veces peor?.
La cifra de homicidios podríamos reducirla a un séptimo, la de femicidios quizás solo a la mitad si las llevamos a niveles europeos. Teniendo en cuenta que por homicidios mueren 9 veces más personas (hombres y mujeres), que por femicidios. ¿Si todas las vidas valen lo mismo, por qué lógica deberíamos priorizar una causa de muerte 3 veces más difícil prevenir y que afecta a 9 veces menos personas? Lógica ninguna, pero la histeria generada entorno a los femicidios sirve para legitimar medidas hembristas y la existencia de una pléyade de organizaciones feministas que aspiran a lucrar o acumular poder mediante al otorgamiento de «convenios» y subvenciones estatales.
La exageración de la incidencia de los femicidios se basa en esta técnica Goebbeliana de tomar casos puntuales (nótese cuánto se habló de la chica empalada en Buenos Aires) y repetir el tema hasta el hartazgo, generando la impresión equivocada de que estos crímenes son muchísimo más comunes de lo que realmente son.
5 – Principio de la vulgarización.
Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida.
De aquí el uso y abuso de eslóganes reduccionistas que no requieren ningún procesamiento intelectual para ser adoptados:
- «Ni una menos»
- «Machete al machote»
- «Vivas nos queremos»
- «Muerte al macho»
- «Ante la duda tu la viuda»
- «Polla violadora a la licuadora»
Ninguno de estos eslóganes hablan de igualdad ni de justicia. De lo que hablan es de el repudio-a y el enfrentamiento-contra los hombres.
6 – Principio de orquestación.
La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente.
Por este motivo, cuando discutes con una feminista siempre te encontrarás con la misma decena de argumentos con que el aparato de propaganda les ha machacado el cerebro:
- «Las mujeres ganamos menos que los hombres» (Falso)
- «A las mujeres nos están matando» (A los hombres también y más )
- «A los hombres no los matan sus parejas» (Falso: 1, 2, 3 )
- «Son los hombres los que asesinan» (No. Son los asesinos los que asesinan)
- «Nos matan por ser mujeres» (Si a los hombres nos matan 3 veces más, es a nosotros a quienes nos matan por ser varones)
7 – Principio de renovación.
Emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa.
Por esta razón, ni bien terminan de hacer una campaña contra el femicidio, inventan la heteronormatividad, luego hacen una campaña contra una telenovela, luego contra el «machismo» en el deporte, no dejan que ningún tema se asiente, para que el opinión pública no tenga oportunidad de analizar el tema y darse cuenta del pescado podrido que le están vendiendo.
8 – Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
Te plantean que «Muere una mujer cada «##» horas!!», no te dicen que en el mismo tiempo mueren 3 veces más hombres ni que se suicidan 9.
Te plantean que «Las calles no son seguras para las mujeres», cuando es mucho más probable ser víctima de un atraco si uno es varón y es más probable que el desenlace del mismo sea letal.
9 – Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Acá vemos la importancia que tiene para el feminismo que se establezca un régimen de corrección política (Censura) en que las personas no tengan derecho de expresar sus opiniones personales, los medios no tengan el derecho de publicar informaciones que contradigan al feminismo por más ciertas que sean, y los que se animen a decir la verdad de todas formas sean perseguidos y acosados.
Se puede ver también la utilización de este principio en la costumbre feminista de caer en andanadas a pretender humillar a base de descalificaciones e insultos a sus críticos, como Big Pumuki, Agustin Laje, o nosotros mismos, que constantemente recibimos insultos y amenazas por las redes sociales, sin que se establezca una discusión real sobre los argumentos que planteamos.
10 – Principio de la transfusión
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales.
El feminismo opera sobre la base de la desechabilidad masculina, el sexismo tradicional en contra de los hombres que las sociedades humanas desde tiempos inmemoriales han ejercido, aplicando un menor valor a la vida masculina que se utiliza y muchas veces sacrifica para proteger a la femenina. Todas las tradiciones de sacrificio del hombre por la mujer, son parte de este complejo del que el feminismo abusa para alcanzar sus fines políticos.
11 – Principio de la unanimidad.
Crear la ilusión de un consenso a favor de la opinión que se pretende imponer.
Este principio se basa en la generación de una falsa impresión de que existe un consenso a favor del feminismo, algo que en la realidad no es así. La oposición al feminismo es muy fuerte pero no se la ve, no se la escucha, porque emitir una opinión crítica acerca del tema, implica ser atacado personalmente.
Sabemos que esta oposición existe, porque a pesar de la constante presión que sufren las mujeres, menos del 25% de las mujeres se consideran feministas (Huffpost/Yougov 2013), y estos son datos recavados por un medio neomarxista y feminista como el Huffington Post, cuya mesa editorial está compuesta en un 100% por mujeres.
Esta percepción falsa de que la mayoría de las mujeres es feminista, se impone a través del miedo. Del miedo a ser agredido, insultado, linchado mediáticamente o hasta a perder el trabajo si uno expresa una opinión divergente. Este miedo se genera en la gente a través de humillaciones públicas de personajes o instituciones reconocidas (Gustavo Cordera, el cantante de El Otro Yo, la revista Miss 15, el alcalde de Alcorcón) en todos estos casos el feminismo eligió personas o instituciones reconocidas, a las que tomó por sorpresa y obligó a través de verdaderos linchamientos mediáticos a pedir disculpas por acciones o dichos completamente inocentes, pero que contravenían los dogmas y prejuicios feministas. De esta forma, el grueso de la gente que vive como espectador estos episodios, es empujada a cuidarse en lo que dice, aprende que decir lo que le molesta a las feministas, por más que sea cierto, puede traerte malas consecuencias, y de esa manera se logra el silencio de la gente y con este silencio, la percepción falsa de unanimidad.
Así que cuando te digan que decir «Feminazi» es hacer una caracterización errónea del feminismo, mandarles este artículo y dejalos pensar.
Más info:
«PROFESOR DE MEDIOS DEL MIT DESCRIBE CÓMO FEMINISTAS EN MEDIOS Y CIENCIAS SOCIALES MIENTEN PARA GENERAR PARANOIA» – http://varonesunidos.com/misandria/profesor-de-medios-del-mit-describe-como-feministas-en-los-medios-y-la-academia-mienten-para-generar-paranoia/