El periodista y analista internacional, Nicolás Morás, dialogó con Varones Unidos para conocer más de las actividades y el surgimiento de la organización ‘Libertad y Equidad’. El manifiesto presentado, el feminismo en Argentina y la intromisión de George Soros en la región.
- ¿Cómo surgió la idea de hacer esta organización llamada “Libertad & Equidad”?
Para comenzar, cabe destacar que Libertad y Equidad es una iniciativa extremadamente necesaria pero a la vez no debería serlo.
Es fruto del acuerdo entre personas de profesiones e ideas muy diversas para salvaguardar derechos tan imprescindibles como la Presunción de Inocencia, la equidad jurídica de todos los habitantes del país y la libertad individual.
El despotismo de género nos ha puesto en una situación extrema, que muchos de nosotros veníamos advirtiendo hace tiempo y tratando de evitar, sin éxito.
Hoy Argentina, junto con la mitad del planeta, ha sucumbido ante una minoría profundamente destructiva que trabaja para la élite global desde hace medio siglo.
Vivimos en un estado de emergencia permanente que deriva de una industria masiva de la falsa denuncia.
Una suerte de hoguera de odio colectivo similar a las guerras civiles, en cuanto a que media población tiene la posibilidad de purgar sus rencores y rencillas personales con la legitimación ideológica del feminismo autoritario y todas las facilidades provistas por el Estado, que se torna día a día más agresivo y omnipotente.
- ¿A qué rencores o rencillas te refieres?
En otras palabras: Si no me caes bien uso las leyes de género, el escrache o la extorsión para joderte la vida.
Un ejemplo generalizado es el caso de los divorcios. Hoy por hoy cualquier letrado sin escrúpulos propone a la mujer utilizar una falsa denuncia como chantaje para conseguir más dinero y la sumisión absoluta del ex marido.
Este instrumento sirve, además, como una coartada extraordinariamente útil para cargarse a disidentes o adversarios del poder, tal como le sucedió al heroico Julian Assange, creador de Wikileaks y enemigo número uno de los genocidas Bush, Obama y Hillary Clinton.
Por otra parte los gobiernos están interviniendo como nunca antes en la vida privada de los ciudadanos, impulsando legislación de tinte dictatorial que de otro modo jamás podrían aprobarse, como es el caso del Registro Nacional de ADN que pretende imponernos la Ministra Patricia Bullrich.
Y activando los mecanismos de censura continuamente.
Contra la publicidad, contra la música, contra la literatura, contra la pornografía.
Este dramático devenir de la historia no sólo avanza a pasos agigantados sino que cuenta con el blindaje absoluto de los grandes medios de comunicación de izquierda y derecha, sin excepción, y de la totalidad de los partidos políticos presentes en el congreso.
Muestra inequívoca de que la dicotomía entre opresores y oprimidos es cada vez más difícil de ocultar tras esa máscara raída de una supuesta pluralidad democrática que no es tal.
Vemos un discurso único y obligatorio que aspira a convertirse en la ideología oficial del Estado, y ya lo es de las instituciones de gobernanza internacional, como la ONU, la Unión Europea y el Banco Mundial.
Son suficientes motivos para que liberales, nacionalistas, peronistas, izquierdistas, ácratas y apolíticos, creyentes y no creyentes, hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales unamos fuerzas para frenar a este Leviatán todopoderoso, que ya influye en la realidad cotidiana de muchos individuos inocentes, y a otros tantos les arruinó la vida para siempre.
- ¿Cuáles son sus fines, ideas y planes hacia adelante?
Nuestras ideas se resumen en el Manifiesto por la Libertad y Equidad, que expresa nuestro compromiso irrenunciable con la libertad individual, la igualdad ante la ley y la libertad de expresión.
Libraremos la batalla cultural contra el relato hegemónico, tal y como veníamos haciendo por separado, pero juntos porque así somos más fuertes, y ese es el ejemplo que queremos transmitir a esa inmensa mayoría silenciosa que está harta de esto y calla por temor.
Pero además, y lo más importante, acompañaremos a las víctimas de este entramado mafioso y nos defenderemos de la opresión por todas las vías existentes, incluyendo las medidas legales que correspondan.
Todavía el perjurio, el falso testimonio, es un delito de orden público.
Y todavía los censores y perseguidores son pasibles de denuncia por incitación al odio, a ver si se curan con su propia medicina.
El Dr. Oneto, firmante de LyE, lo ha demostrado imputando a una señorita que llamó desde el programa más visto (y esperpéntico) de la TV a Argentina a “Escrachar, escrachar y escrachar, ante la duda escrachar. Si te escrachan algo habrás hecho”.
De igual modo comenzamos a intimar páginas de escraches.
De todas maneras el problema de fondo es que esa cantaleta histérica y sentimentalista se transformó en una campaña de propaganda gubernamental que copa todas las pantallas, invitando a las mujeres argentinas a denunciar a quién sea, incluso de manera anónima, a través de la Línea 144.
Todo esto pagado con un préstamo de 200 millones de dólares del BID, el banco más imperialista del planeta, al inepto gobierno de oligarcas prebendarios que encabeza Macri, en un país del Tercer Mundo que está literalmente quebrado, pero donde parece que es más importante deconstruir a sus varones heterosexuales que reducir la hiperinflación, la deuda pública o los impuestos más altos del planeta.
- Coméntame un poco acerca de los integrantes. ¿Cómo lograron reunir el equipo que tiene hoy en día? ¿Cómo se ven con integrantes mediáticos, tales como Oneto o Roxana Kreimer?
Los firmantes del Manifiesto son, por sobre todas las cosas, hombres y mujeres de bien que vienen dando esta lucha con integridad.
Ante un escenario de fuerzas tan desigual, muchos de nosotros ya nos conocíamos y colaboramos informalmente en el pasado.
Algunos somos más visibles que otros porque nuestra profesión lo determina, tal es el caso de Oneto, aunque se aboca primordialmente a su actividad profesional.
Pero también el de la médica Chinda Brandolino que libró una importante batalla contra la estatización del aborto.
Así mismo el mío, que estudio este tema hace cinco años y difundo las verdades incómodas en cada espacio que puedo, además de haber filtrado, luego de meses de investigación (fundamentalmente de cotejamiento), la lista de aliados de la Open Society en Argentina.
Pero este proyecto trata fundamentalmente de construir una oposición real, concreta, movilizando a la gente de a pie.
En los tribunales, en las oficinas, escuelas, universidades, en los cafés y en las calles.
No sólo en los medios, donde impera una realidad paralela, en muchos casos falsificada, que es parte del problema.
Aquí nadie tiene coronita, y valoro tanto la firma de los citados como la de Manuel Cantero o Flavio Gardella, que aunque no tengan tanta notoriedad les sobran lucidez, ética y coraje.
- ¿En qué consistió tu investigación sobre los aliados de Soros?
En 2018, al tiempo que estalla la crisis, con devaluación del 120%, inflación del 50% y pobreza del 40%, se instala el debate por la estatización del aborto, que en Argentina está despenalizado de facto, puesto que no hay mujeres presas por abortar ni médicos presos por practicar un aborto, y en lo que a mí respecta, estoy de acuerdo que así sea.
Lo que no me seduce en absoluto es que el Estado acapare el aborto, lo solvente con impuestos y lo promueva activamente como una práctica anticonceptiva, que es exactamente de lo que se trataba el proyecto de ley.
Menos aún con ese monopolio del discurso.
Era literalmente imposible distinguir si se estaba leyendo La Nación (el diario de centro derecha y oficialista por antonomasia), Infobae (boletín del Pentágono), Perfil (boletín del Pentágono ala izquierda) o Página 12 (kirchnerista).
Todos, al unísono, 24/7/365, repitieron la propaganda abortista, silenciando o directamente ridiculizando de manera a vil a cualquier detractor llegando incluso a despedir a periodistas discrepantes.
Para rematar, resultó evidente la presión unívoca a los legisladores para que voten que sí, por parte de la totalidad de sus cúpulas partidarias, desde el gobierno hasta los comunistas del FIT, pasando por Cristina Kirchner, que durante su presidencia se había negado a impulsar el tema.
Yo soy liberal y anarquista, no creo al Estado como un administrador idóneo de absolutamente nada y sospecho, con buenas razones, de cualquier medida que contente a la casta política en su conjunto.
Si todos mis enemigos están de acuerdo en algo, es muy probable que yo deba enfrentarme a ello con todas mis fuerzas.
Entonces me propuse investigar, porque echar luz sobre este asunto era el mayor aporte del que era capaz, y así fue.
Me reuní con ex empleados del amplio lobby de Soros, acudí a fuentes vinculadas a Cosecha Roja, un portal sostenido en la OS de manera pública (ver pie) y finalmente me topé con la RACI, una federación creada exclusivamente para que la OS financie y domestique a las principales ONGs argentinas, sin excepción, desde Un Techo para mi País hasta la filial de Amnistía Internacional, que pagó en torno a 900 mil dólares para publicitar la ley en la contratapa del New York Times.
Llegó a mis manos el documento interno que contiene los aliados de Soros en Argentina catalogado como LR1, que significa Leadership Rank One, la categoría más alta de 5, medidas por grado de influencia o poder.
Para ese entonces se produjo la votación en el Senado, donde efectivamente fracasaron los verdes, algo que por cierto la lista ayuda a comprender (muchos diputados, pocos senadores).
No obstante demoré tres meses más en publicarla, puesto que me impuse buscar a los responsables de una filtración similar en torno al Parlamento Europeo, en 2014, para cotejarla con ellos.
Una vez confirmada su veracidad, la difundí en el programa Contracara, de TLV1.
Absolutamente ninguno de los enlistados salió a decir nada. El que calla otorga.
- ¿Qué son las Open Societies?
Un concepto de Karl Popper, desarrollado en su libro La Sociedad Abierta y sus Enemigos.
Popper fue uno de los grandes protagonistas del asesinato del liberalismo en el siglo XX, un burgués austriaco enamorado de Gran Bretaña y Estados Unidos, dos potencias liberticidas criticadas y combatidas por los propios liberales ingleses y norteamericanos:
Spencer escribiéndole al Emperador de Japón que eche a patadas a los ingleses antes de que aniquilen su país como hicieron con dos tercios del planeta.
Thoreau preso por no pagar impuestos en protesta contra la invasión genocida de EEUU a México.
Richard Cobden y su liga anti imperialista y su oposición rotunda a la política arancelaria y militar de Londres.
John Brown y su guerrilla contra los esclavistas puritanos,
Lysander Spooner demostrando la hipocresía de los constitucionalistas yanquis y, de paso, refutando mejor que nadie la absurda teoría del Contrato Social en Sin Traición.
Esa generación bendita de héroes e intelectuales consecuentes con los principios que defendían fue reemplazada por lúmpenes del pensamiento, serviles al poder de turno y vendidos al oro de las corporaciones prebendarias como Popper, Mises, Hayek y Friedman.
El pasquín de Popper apunta, entre otros delirios, a que las sociedades liberticidas que él llama libres deben tomar medidas contra los “intolerantes” y “extremistas” para sobrevivir.
Soros se inspiró en esa idea para nombrar así a su lobby, la Open Society Foundation, con el fin de disolver las de por sí modestas diferencias en los principales partidos políticos y medios de comunicación del mundo, imponiendo un discurso único y leyes idénticas a fin de generar un gobierno global de facto, la gran apuesta de todos los capitalistas multinacionales con él a la cabeza.
Para ese esquema, por supuesto, el liberalismo auténtico es un obstáculo y un problema y la progresía es la religión ideal para imponerle a las masas.
- ¿Cómo llegó George Soros a desarrollar semejante red de influencia sobre las democracias de occidente?
Sin duda es un tipo inteligente, que durante su paso por la JP Morgan estudió en profundidad como la Fundación Rockefeller no sólo desgravaba impuestos, sino que ganaba dinero con cada una de las políticas públicas que impulsaba, casi siempre consideradas de izquierda o progresistas.
La OPFno es otra cosa que una imitación de los tradicionales lobbies que manejan la política estadounidense desde fines del siglo XXI pero que apostó más fuerte, internacionalizando ese modelo.
Cualquier político puede convertirse rápidamente en un siervo fiel de cualquier lobby, desde el momento que este le pague su campaña o le forje una imagen positiva ficticia en la prensa, donde estos lobbies auspician o directamente dominan a través de participaciones accionarias.
- ¿Qué Influencia tiene G.S, a través de sus OO.SS., en Argentina y Uruguay?
Claramente, bastante.
Soros, aunque no sólo, impuso el proyecto de estatización del aborto en ambos países, triunfando en Uruguay y fracasando, por el momento, en Argentina.
Por lo demás, es un gran actor además en cuestiones medioambientales, de regulaciones financieras y por supuesto, a la cabeza, en políticas de género.
Pero no es el único, si no el que menos se molesta en disimular.
En este momento es imprescindible reducir la población, en vistas al desempleo creciente, constante y sistemático que trajeron consigo la informatización de la economía y la miniaturización industrial.
- ¿Trabajan las OO.SS. de G.S. en relación con otras organizaciones de influencia geopolítica como el C.F.R. (Council of Foreign Relations)?
Sí, claro. El modelo de gobierno global que impulsa Soros es no sólo compatible, sino que inseparable de la hegemonía estadounidense.
La globalización cultural, política y represiva sólo puede darse, en última instancia, a través de la fuerza de las grandes potencias.
No es un fenómeno nuevo, la cristianización que Roma impuso a sus dominios y que en parte contribuyó al declive del imperio, sienta un precedente.
Por un lado tenemos a Soros como accionista de Netflix, paradigma de la (in) cultura imperante, por el otro como impulsor del aborto en el tercer mundo, materia en la que Henry Kissinger fue un precursor y al mismo tiempo dando órdenes sobre qué presidente poner en tal o cual lugar a Hillary Clinton, tal y como demostraron las filtraciones de Wikileaks.
No en vano Hillary pidió, siendo Secretaria de Estado , matar a Assange con un dron.
Todos los holdings corporativos terminan funcionando como un solo cuerpo, y las relaciones entre sí son infinitas, como es el caso de Soros y el CFR.
- ¿Quién controla la Open Society? ¿G.S. personalmente o responde a un grupo de stakeholders?
Desde que Soros funda Quantum, su primer fondo de inversiones, siempre operó con más capital de terceros que suyo propio.
Cuando quiebra al Banco de Inglaterra, una maniobra que apuntaba a desaparecer la libra en favor del naciente euro, lo hizo apoyándose incluso en créditos.
Eso sí, la mayor parte de las ganancias las concentró él.
Del mismo modo opera con Open Society, gerenciando intereses de muchos otros especuladores.
Aunque ahora le inyectó la mayor parte de su fortuna, en una muestra deliberada de que la supuesta ONG es en realidad la más rentable de sus empresas.