El autobús de la discordia – por Enric Pont

¿Existe una campaña mediática para llamar el «autobús del odio» o el «autobús de la vergüenza» a una inciciativa en contra de la ideología de género ligada a la iglesia?Los medios nos quieren hacer creer una realidad que es completamente falsa: que la ciencia es homofóbica.

¿Como se puede prohibir algo que es científico, aunque quien lo diga siga sus propios dogmas?
o dicho de otra forma: «¿Está cualificado quien impone un dogma denunciar a quien tiene el suyo propio?

Entre los infinitos comentarios que han provocado los múltiples posts, una gran cantidad de ellos pedían la quema del autobús.

En 24 horas hemos contabilizado el apoyo a «quemar el autobús» en estos medios una cantidad impresionante de publicaciones:

laSexta l Noticias

      . 8 posts con la foto del autobús + 14 posts relacionados

Diario Público

      . 7 posts con la foto del autobus + 4 posts relacionados

eldiario.es

      . 5 posts con la foto del autobús + 3 posts relacionados

20minutos.es

      . 5 posts con la foto del autobús + 3 posts relacionados

El Plural

      . 4 posts con la foto del autobús + 4 posts relacionados

Antena 3 Noticias

      . 4 posts con la foto + 3 posts relacionados

El País

      . 3 posts con la foto del autobus + 4 posts relacionados

El Mundo 2 posts con la foto del autobús

La pregunta no es si existe una campaña para desacreditar esta inciativa, sino ¿cuáles son los motivos que impulsan a demonizar esta iniciativa?
Podría ser comprensible debido a la revulsión popular hacia la religión, pero viendo la gran cantidad de posts publicados simultáneamente y relacionados en defensa de la ideología de género, no queda duda de que se ha activado la alarma social en defensa de la imposición forzosa de la perspectiva de género en la educación obligatoria.

Esta es una evidencia práctica de lo que es la ideología de género: una consigna a la que responden la totalidad de medios de comunicación más influyentes.

La imposición de la teoría de género es una realidad. Y luego hay quienes tienen la desfachatez de negar la existencia misma de la imposición de la ideología de género en las escuelas.

 

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