La hipocresía del lenguaje inclusivo – por Germán Giudici Huertas

Me parece tan hipócrita ese lenguaje inclusivo… Porque cuando son «palabras lindas» ahí si nos incluimos todos, pero en las malas…

Cuando me hablen de «asesinos y asesinas», «violentos y violentas», maltratadores y maltratadoras», «acosadores y acosadoras», o de «golpeadores y golpeadoras», ahí sí a lo mejor me voy a tragar toda esta huevada del lenguaje inclusivo. ¿Capisci?

A ver, cabezas de alcornoque… el lenguaje no puede modificarse sólo por la voluntad de una manga de ignorantes que se creen dueños de la verdad.

El lenguaje es un código que los seres humanos hemos desarrollado para comunicarnos e interactuar, y si bien es mutable, no es algo que simplemente se pueda cambiar a la fuerza sólo para apaciguar tu ego de millenial ofendido. No. La evolución del lenguaje es un proceso que puede tardar mucho tiempo, para lo cual tiene que existir un consenso, una aceptación colectiva.

Además, esa modificación debe respetar una lógica, un sentido común. Entonces no se puede venir con que hay que cambiar el lenguaje cuando con tu dialecto «new age» te contradecís cada tres palabras, pelotudo… pelotude… pelotudx… bue… en fin… lo que seas.

Porque para decir «presidente» o «estudiante» en «modo inclusivo» decís «presidentx» o «estudiantx» porque claro, ahí la E (que supuestamente era una letra inclusiva) mágicamente pasa a ser una letra opresora, invisibilizadora, facha, reptiliana, anunaki, etc, etc.

Yo de verdad creo que quienes hablan de lenguaje inclusivo no tienen ni una leve idea ni de gramática, ni de lingüística, mucho menos de semántica, y menos que menos de filología.

Ahh… pero «hay que modificar el lenguaje» porque… progresismo.

Compartir en:

Deja un comentario