A pesar de alegar que defiende la «igualdad», las acciones propagandísticas y la legislación propuesta por el feminismo, tienden a agredir, deshumanizar y vilificar irracionalmente a los varones.
Esto ocurre así, debido a que las mujeres que militan más activamente dentro de organizaciones feministas y que acaban dirigiéndolo, lo hacen motivadas por una animosidad, un odio o un desprecio hacia el género masculino (misandria), algo que en ocasiones desemboca en la creencia en la superioridad femenina (que la mujer es inherentemente más pacífica, inteligente, capaz, etc. que el varón y por ende tiene derecho a someterlo), lo que llamamos hembrismo.
Esto no lo sabemos solamente por las palabras de las teóricas en las que basan sus propuestas, o el análisis de las acciones concretas del feminismo, sino también por los testimonios de mujeres que pertenecieron a la militancia y la dirigencia feminista y desertaron.
Además, si el liderazgo del movimiento no estuviese dominado por la misandria y el hembrismo, a esta altura hubiésemos presenciado medidas disciplinarias o reprimendas públicas, por parte de la cúpula de estas organizaciones, tendientes a moderar un carácter extremista del movimiento, que no solamente viene dañando su propia imagen, sino la de toda la izquierda; aparte de sabotear el trabajo sincero en pro de la equidad de trato entre hombres y mujeres.
Sin embargo, lo que ha ocurrido es todo lo contrario: un silencio cómplice.
[Update] A veces no basta con el silencio e intentan culpar del extremismo del movimiento feminista a los hombres.
Misandria y Hembrismo en Uruguay
Esto se suma en Uruguay, además, a un comportamiento inmoral, por parte de la dirigencia oficialista, que ha acomodado en posiciones de privilegio, tanto en el gobierno nacional como en el municipal, a múltiples mujeres feministas, con un prontuario de misandria y hembrismo.
El caso más claro, es el de una psicóloga del ministerio del interior procesada por elaborar informes falsos de maltrato infantil, que se utilizaron para inculpar a hombres inocentes. Esta mujer hoy es una jerarca del Ministerio de Desarrollo Social.